Blogia
ARTÍCULOS de la Plataforma Perú Libre de Transgénicos

Miembros de la Plataforma Perú Libre de Transgénicos

¿INVERTIR EN ECOLÓGICOS O INVERTIR EN TRANSGÉNICOS?*

Fernando Alvarado de la Fuente**


Según declaraciones de los funcionarios del INIA y del Ministerio de Agricultura de Perú, estas entidades calculan invertir 30 millones de dólares en la creación de un Instituto de Biotecnología moderna, entendiéndose entre líneas que se trata de un inversión para obtener trangénicos ’made in Perú’ sobre la base de productos nativos (papa resistente a heladas o rancha) o productos con alto potencial como la papaya.


Suena atractivo y tentador... ¿quiénes osan ir contra la corriente de las tendencias? ¿quién se opondría a tan sanos intereses? ¿por qué oponerse a que los agricultores pobres accedan a cultivos rentables?


Analicemos esta buena intención con los pies en la tierra. Los datos internacionales nos refieren que, para obtener una semilla transgénica, es necesario una inversión de millones de dólares, a lo largo de 8 a 10 años de pruebas e investigaciones.


La inversión de 30 millones de dólares que anuncian nuestros funcionarios del MINAG, a lo sumo alcanzaría para el desarrollo cabal de unas pocas semillas transgenicas y luego de 8 a 10 años de ensayos e investigaciones podrían ser "viables" o "vendibles".


Esta simple comparación de cifras nos verifica que difundir semillas transgénicas peruanas, en nuestro territorio o en el exterior, no resulta un "negocio" que beneficie a una mayoría de peruanas/peruanos.


Nuestro escepticismo nos lleva a pensar que esa inversión sólo beneficiaría a unos poquísimos científicos que asegurarían trabajo por dos lustros, sin llegar a ser un aporte real al Perú.


Además de éste, son varios otros los argumentos que sustentan lo desatinado de promover transgénicos en el Perú; aunque el expuesto aquí quizá sea el que más nos motiva, ya que, los que promovemos la agricultura ecológica desde hace más de 20 años en el Perú sabemos que con muy poca inversión hemos logrado impactos positivos que benefician a miles de pequeños productores en una superficie que no se ha desgastado ni contaminado, por el contrario tiene potencial para brindar aún mucho más.


Apliquemos esos mismos 30 millones de dólares de inversión en una agricultura ecológica, e inclusive sometamos ese escenario a las mismas preguntas ¿quiénes osan ir contra la corriente de las tendencias? ¿quién se opondría a tan sanos intereses? ¿por qué oponerse a que los agricultores pobres accedan a cultivos rentables?


Breve antecedente de las tendencias


En el año 2000 ya se calculaba ...


· alrededor de 10 mil productores ecológicos certificados,

· 50 mil hectáreas de cultivos ecológicos diversos,

· exportaciones por 30 millones de dólares,

· ventas locales por miles de dólares


En el año 2008 hemos avanzado a ...


· 40 mil productores ecológicos certificados (cuatro veces más, en menos de 10 años),

· 300 mil hectáreas, en 20 regiones del país,

· 220 millones de exportaciones (la proyección a partir de ventas en el 2007 por poco más de 160 millones de dólares)

· 2.3% de los productores colocan el 8% del total de exportaciones agropecuarias del país

· ventas locales por un millón de dólares a través de las bioferias (Miraflores y San Isidro), el Punto Justo y Sano de San Borja y algunas ferias ecológicas en Huánuco, Huancayo y Abancay.


En menos de una década éste ha sido el avance gracias al esfuerzo silencioso de algunas ONG y de los propios agricultores, sin acceder a beneficios, incentivos, ni apoyo estatal alguno.


El único apoyo estatal en esta última década provino casi exclusivamente de PROMPEX, hoy PROMPERU, que dedicó una persona, a tiempo parcial, para apoyar las exportaciones ecológicas.


La atención por parte del Estado se reflejó en la creación de la CONAPO (2001), el Programa Nacional de banano orgánico (2002) y la autoridad nacional competente en producción organica (2004).


Los avances en la producción ecológica también merecieron la emisión del reglamento técnico de producción y, más recientemente, la ley 29196 (Ley de fomento de agricultura orgánica o ecológica)


Las cifras hablan por sí solas


La inversion para implementar la BioFeria de Miraflores en diciembre 1999, fue de menos de 10 mil dólares donados por la agencia ICCO, de Holanda. Al 2008, la BioFeria de Miraflores vende 10 mil dólares semanales, medio millón al año.


Implementar 100 bioferias, a 10 mil por cada una, implicaría una inversión de sólo un millón de dólares y podríamos vender 20 millones de dólares anuales.


Una inversión con alta rentabilidad económica, social, que redunda en alimentos de calidad para la población y en uso sostenible de los recursos.


El Perú podría -y debería- tener 100 bioferias funcionando semanalmente a nivel nacional. Claro que ello demanda voluntad y apoyo de los municipios y de los consumidores y, mucha organización.


Luego, si evaluamos el aspecto de garantía, un certificado ecológico significa un costo de dos mil dólares por comunidad campesina (o grupo de productores) de la sierra o comunidad nativa de la selva, que en general son fundamentalmente ecológicas.


Con 10 millones de dólares podríamos certificar cinco mil comunidades.


Esta inversión permitiría tener, en menos de cinco años, 150 mil productores ecológicos y con ello, el primer lugar a nivel mundial en número de productores, superando los 80 mil que tiene México.


A su vez, habríamos certificado 15 millones de hectáreas, sobre todo en pastos naturales y desplazaríamos a Australia, cuya superficie certificada de 12 millones de hectáreas (en pastos) la coloca en primer lugar mundial.


Si seguimos teniendo de base los 30 millones de inversión, otra porción puede orientarse al fortalecimiento de capacidades empresariales de los productores ecológicos, apoyándolos también a que participen en ferias internacionales como la BioFach de Alemania, o la BioFach América Latina que se organiza en Brasil.


Igualmente, se podría promocionar el Perú como un país ecológico / orgánico.


De esta manera, con un plan integral de promoción, en menos de 10 años podríamos exportar tres mil millones de dólares de productos ecológicos certificados, en una gama que abarcaría todo un abecedario de biodiversidad.


¿Cuánto se habría invertido hasta aquí? Según estos cálculos, probablemente ni 30 millones


¿Qué proporción de peruanas y peruanos se habrían beneficiado? Del 1’750,000 familias de productores alrededor del 10%, con perspectivas reales de abarcar cada años a mas sectores.


En conjunto ¿qué estaríamos alcanzando? Seríamos una de las cinco potencias mundiales en produccion de alimentos ecológicos


La inversión de 30 millones por parte de los pro-transgénicos ¿lograría lo mismo?


Las cifras son objetivas, no hay mejor inversión posible que la de promover la agricultura ecológica. Invertir en ella es aportar a superar la pobreza, modernizar nuestra agricultura en forma sostenible, aportar a la soberanía alimentaria y a enfrentar el cambio climático.


Prioricemos la agricultura ecológica, es el enfoque que más conviene al conjunto del país; la tecnología de los transgénicos sólo beneficiará a unos pocos y pone en peligro el futuro de nuestros recursos, de nuestra salud y de nuestra biodiversidad.


Hemos presentado brevemente lo que el movimiento agroecológico ha alcanzado hasta el presente y hemos planteado propuestas concretas a la tecnología de los transgénicos.


Pedimos a todas y todos los agroecologistas del país a que hagan llegar sus aportes al MINAG. Con un respaldo significativo, de por ejemplo 30 millones de dólares, sí podríamos lograr maravillas.


-------------

* Version ampliada de la propuesta que hicimos en el Encuentro con el Ministro del Ambiente Dr. Antonio Brack el 24 de julio 2008.

** Presidente Centro IDEAS / Vicepresidente RAE Perú

bioferdi@hotmail.com / 4335060 / 3322020

LA MODIFICACIÓN DE LA DECISIÓN 486 DE LA CAN Y SU IMPLICANCIA

 Eduardo Montoya (RAE Perú)

 Ayer, con una votación de 3 a 1, fue aprobada la petición de Perú para modificar la directiva 486 de la CAN, en la cual ha venido insistiendo durante meses, con la finalidad de poder implementar el TLC con Estados Unidos.  Colombia y Ecuador dieron su respaldo, mientras que Bolivia se ha mantenido en contra todo el tiempo, desde que se hizo la solicitud.

La Decisión 486 está referida a la propiedad industrial (Régimen común sobre propiedad industrial) y, en concreto, tres artículos (3, 26 y 75) tienen que ver con los recursos genéticos y los conocimientos tradicionales.

En concreto, el artículo 3 establece que los países: “...asegurarán que la protección conferida a los elementos de la propiedad industrial se concederá salvaguardando y respetando su patrimonio biológico y genético, así como los conocimientos tradicionales de sus comunidades indígenas, afroamericanas o locales”.

La Decisión 486 tiene base sobre la Decisión 391 (‘sobre un Régimen Común sobre Acceso a los Recursos Genéticos’) y está relacionada con el Convenio de Diversidad Biológica de 1993 (CDB), del cual Perú es firmante (191 países lo han ratificado).  En el CDB “se reconocen los derechos soberanos de los estados sobre sus recursos biológicos” y está orientado a salvaguardar los recursos biológicos de los países firmantes.

Sin embargo, la Organización Mundial de Comercio estableció un sistema al cual debían acogerse los países, en lo que respecta a propiedad intelectual, que son los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (TRIPS, por sus siglas en inglés).  Dentro de los TRIPS se establecen derechos de propiedad intelectual sobre diversidad biológica, y que se establezcan  patentes sobre variedades vegetales.

El artículo Artículo 27.3 (b) del acuerdo sobre TRIPS establece que: "Los miembros podrán excluir asimismo de la patentabilidad: las plantas y los animales excepto los microorganismos, y los procedimientos esencialmente biológicos para la producción de plantas o animales que no sean procedimientos no biológicos ni microbiológicos. Sin embargo, los Miembros otorgarán protección a todas las obtenciones vegetales mediante patentes, mediante un sistema eficaz sui generis …"

En 1961 se creó la Unión para la Protección de Nuevas Variedades Vegetales (UPOV ), en la que se otorgan derechos exclusivos a los fitomejoradores, y desde su creación había incluido, principalmente, países industrializados.  A raíz del artículo anterior, la cantidad de países firmantes se incrementó (Perú no forma parte de la UPOV), y ha generado numerosas objeciones en vista de su naturaleza claramente contradictoria con el CDB.

La relación entre la Decisión 486 y el TLC es que, en dicho Tratado, se exige que “las partes firrmantes deberán adherirse al ‘Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales’ (Convención UPOV-1991), antes del 1ero de enero del 2008”.

Durante las rondas de negociación del TLC este fue un punto crítico y cuestionado, aunque Estados Unidos finalmente reconociera la biodiversidad y los conocimientos tradicionales, sin embargo, en medio de tantas concesiones y ambigüedades, es necesario seguir de cerca lo que vaya a suceder ahora que se ha dado luz verde para la modificación de la Directiva.

LOS TRANSGÉNICOS EN DEBATE

LOS TRANSGÉNICOS EN DEBATE

Lea en VOL (www.viajerosperu.com)
Los transgénicos en debate
Por Augusto Urrutia, especial para VOL, 13 de agosto de 2008

 

Augusto Urrutia es el presidente de Perú Ecológico y nos ha enviado esta nota que se suma al debate que sobre los transgénicos se ha iniciado en nuestro país debido a la propuesta, aún en estudio, de permitir su inclusión en el desarrollo de la agricultura en el Perú. Como se sabe, en muchos lugares del mundo las plantaciones transgénicas han afectado otros cultivos, pastos naturales y fauna silvestre, de allí su rechazo a las mismas en Suiza, Alemania, Francia, Japón, quienes prefieren lo orgánico y pagan los mejores precios por obtener alimentos sanos. Chile, tampoco está dispuesto a comprometer sus frutales, viñedos, sus exportaciones y por ello no acepta transgénicos en su territorio.

Más info en: www.viajerosperu.com/articulo.asp?cod_cat=11&cod_art=1061

SEMILLAS TRANSGÉNICAS Y HERBICIDAS

Enviado por Elena Galón Porrero

Un fallo reciente  contra La Monsanto en Francia y la persecución judicial injusta y obsesiva adelantada por la multinacional en los Estados Unidos son las dos caras de una misma moneda.
 
Mientras en Francia los jueces dan la razón a los demandantes por publicidad engañosa al especificar en los envases del roundup o glifosato, que este es ?amigable con el medio ambiente? y que se destruye en la tierra, sin producirla ningún tipo de daño, en Estados Unidos  la transnacional demanda a campesinos de EU por uso de semillas transgénicas asegurando que los agricultores no compraron el producto y dejando de lado más bien que su productos por el proceso de polinización han contaminado los campos.
 
Para la empresa la pena de una multa pecuniaria, ni siquiera le supone gran preocupación en sus estados financieros, su imagen de por si deteriorada en ámbitos críticos, ambientalistas, sociales, campesinos organizados y de derechos humanos  ha trascendido las fronteras europeas y ha llegado a la opinión pública mundial, lo que seguramente afectara ahora su buena imagen, y la percepción de consumidores de ser  una empresa ?ética? en todo el mundo.
 
El mundo conoce la actividad de la Monsanto , en el campo de los transgénicos u organismos genéticamente modificados (OGMs), y en el de los agroquímicos.
 
??Monsanto, tiene el monopolio y control de más del 90% de la superficie total sembrada con cultivos transgénicos en el mundo. Las semillas de mayor venta en el mundo, son tolerantes al herbicida glifosato, pero en realidad la venta de estas semillas sólo son el instrumento para mantener y aumentar las ventas del herbicida, propiedad de Monsanto. Estas semillas y tecnologías son protegidas y controladas por las empresas a través de patentes o derechos de propiedad sobre plantas, animales y del material genético de seres vivos??[1]. 
 
El aparente bienestar que se generaría por las OGMs ha ido quedando al descubierto, por las afecciones en la salud humana, las modificaciones ambientales y orgánicas, la modificación estructural de las relaciones campo seres humanos, seres humanos biodiversidad, territorio y sistemas de vida, la apropiación ilegal y legal de frutos y la obligación a través de las políticas públicas de países empobrecidos de acrecentar el uso de semillas mejoradas.
 
Lo más sagrado de la vida, la capacidad de reproducirla y multiplicarla se ha ido convirtiendo en historia pasada, con las actividades que esta y otras empresas desarrollan en todo el mundo.  Las semillas genéticamente modificadas, de maíz, soya, algodón bajo este esquema van mostrando la dependencia del campesino sobre los productos de la empresa. Los granos recogidos en la cosecha, no pueden volver a usarse, o  pueden ser sembrados, pero pueden volver a producir, salvo con la adquisición de una nueva semilla con  el nombre de Monsanto o con una serie de nutrientes, que solo produce La Monsanto. Uso dentro de toda la etapa, de preparación, de siembra y de cosecha de productos de La Monsanto , como el uso de herbicidas, por supuesto, producidos por La Monsanto como el famoso  Roundup o glifosato. Usados también en Colombia en plantaciones de Palma y en la erradicación de la coca.
 
 El campesino que compró semillas transgénicas, se ve obligado a comprar más de nuevo para volver a sembrar. Todo ello bajo la promesa falsa de que con las semillas transgénicas, la producción es mayor. Y con el aliciente de que, si usa semillas transgénicas de la Monsanto , también podrá usar cuantas cantidades quiera de herbicidas, también de la Monsanto , pues precisamente las semillas se han modificado genéticamente  para que resistan el poderoso herbicida que mata el resto de hierbas que pueda haber alrededor.
 
Pero a la engañosa publicidad de La Monsanto , le continúa una serie de técnicas y mecanismos de control y de persecución sobre sus usuarios o sobre quiénes se ven afectados por el uso de sus productos. De acuerdo con Green Peace, La Monsanto realiza investigaciones exhaustivas hacia los agricultores, demandas contra agricultores a quiénes considera han violado el uso de patentes o de exclusividad  de la semilla.
 
Muy pocos compradores, consumidores incautos, conocen de la posibilidad de ser demandados. Otros con desconcierto y sorpresa son demandados por la empresa cuando este considera que su monopolio mundial sobre la vida vegetal entra en riesgo por la existencia de siembras con semillas nativas, a las que considera atentatorias de las patentes.
 Dos caras de una misma empresa, la que se muestra como benefactora de la humanidad por la biotecnología, la misma que engaña mostrándose  como la bondad suma en términos ecológicas, la que oculta su rostro de hierro con el cual persigue a sus propios compradores y usuarios, y a quiénes concibe como sus enemigos.
Algo de verdad empieza ya a aparecer en relación a la actividad de este gigante empresarial.  Pero queremos la verdad, la única Verdad invisibilizada, más justicia, en relación a sus actividades en Colombia. Aquí ha existido una irregular forma de introducción de las semillas transgénicas en el país, como en lo relativo al lucrativo negocio de las aspersiones con glifosato. Bajo la excusa del ataque a los cultivos de uso ilícito La Monsanto ofrece sus productos en el paquete del Plan Colombia;  los que están ocasionando desplazamiento, destrucción de los cultivos de supervivencia de los campesinos, enfermedades, modificaciones de los ecosistemas, y problemas entre pueblos. Pero olvida La Monsanto y el Gobierno Colombiano que incluso Afganistán, tan amigo de Estados Unidos, se ha negado a rociar con glifosato sus territorios como forma de acabar con la amapola!. Falta de vergüenza y de dignidad en los dirigentes colombianos, al fin y al cabo son parte de la misma estirpe de negociantes del planeta y de la criminalidad que se viste de ecologismo, de democratismo y de pacifismo.
 
Algo hay de Francia a Estados Unidos a México y Colombia. Los pueblos, las comunidades, los sectores de la sociedad civil tendremos una nueva oportunidad de conocer  a La Monsanto ,  en una Pre Audiencia en Medellín entre el 22 y 23 de febrero y en la cuenca del Cacarica, el 25 y 26 de Febrero, dentro de la Audiencia sobre Biodiversidad, que se inscribe en la 32 Sesión del Tribunal Permanente de los Pueblos. Allí, más verdad. Allí más condena, condena ética, el lugar desde que el mundo podrá ser otro.   
 
 
 
Adjunto Artículos
Monsanto demanda a campesinos de EU por uso de semillas transgénicas, La Jornada , México, Febrero 8 de 2007
UN FALLO CONTRA MONSANTO EN FRANCIA, Las mentiras del glifosato, El Tiempo, Bogotá, Febrero 8 de 2007
 
 
Bogotá, D.C Febrero 10 de 2007
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ
 
La Jornada (México), 8 de febrero de 2007
 

Monsanto demanda a campesinos de EU por uso de semillas transgénicas

En varios casos, las cosechas se han contaminado por el proceso natural de polinización
La trasnacional asegura que los agricultores no compraron el producto

ANGELICA ENCISO L.

Alrededor de 190 productores de Estados Unidos han sido objeto de demandas por parte de Monsanto porque, presuntamente, los jornaleros utilizaron sus semillas transgénicas sin haberlas comprado; no obstante, varios de estos casos ocurrieron por la polinización natural.

Para ubicar a los campesinos, la trasnacional realiza arduas investigaciones, "así como duras acusaciones que han llevado a los agricultores a cambiar el modo de cosechar. Ante esto, el resultado es una agresión a los procedimientos agrícolas tradicionales que han perdurado durante siglos", señala el reporte del Centro de Seguridad Alimentaria de Estados Unidos denominado Monsanto contra los productores estadunidenses.

Ahora que las empresas productoras de transgénicos presentan el cultivo de maíz biotecnológico como una "opción" para elevar la productividad en México, no hablan de las consecuencias jurídicas que esto puede tener, específicamente con el flujo de genes, como el ocurrido en la sierra Juárez de Oaxaca en 2001, de lo cual no se estableció responsabilidad a los dueños de los transgenes, y que en otros países ha llevado a sancionar a los campesinos.
 
El documento refiere que Monsanto ha hecho un "claro esfuerzo por controlar las patentes de la tecnología en la ingeniería genética, germoplasma y además del uso de las semillas", lo cual ha llevado a esta empresa a ser líder en el campo de la biotecnología agrícola.

Los esfuerzos de Monsanto para demandar a los productores se pueden dividir en tres etapas: investigaciones hacia los agricultores, acuerdos extrajudiciales y litigios en contra de éstos que la compañía haya considerado que violan la patente, indica el documento traducido por Greenpeace.

Detalla que a la corte judicial estadunidense han llegado juicios de 147 agricultores y de 39 pequeñas empresas agrícolas, "muchos de ellos han sido demandados después de que sus parcelas se contaminaron con polen o semillas que pertenecían a un cultivo transgénico... a simple vista parece no importar si el uso fue sin premeditación, o si nunca se firmó un contrato".

Cambios a la agricultura

Advierte que a partir de la introducción de cultivos transgénicos, la agricultura ha sufrido una transformación considerable para cientos de productores de Estados Unidos. Conforme aumenta el número de productores "sujetos de hostigamiento, investigación y acusación por parte de la empresa, sobre un supuesto incumplimiento de lo acuerdos de patentes de semillas y uso de tecnología, debería existir mayor presión para revocar las políticas gubernamentales que sustentan dicha persecución", agrega.

Cuando los campesinos firman un contrato con esta empresa, se les prohíbe el almacenamiento de las semillas y se les obliga a adquirirlas cada año, los cual le ha dado "un control nunca antes visto sobre la venta y uso de los granos en Estados Unidos".

El control de esta empresa "se complementa con un factor de vital importancia que utiliza en su beneficio: de forma natural las plantas suelen reproducirse gracias a la polinización y se combina con otras plantas. Ya que Monsanto posee patentes de las características y semillas transgénicas, el cultivo contaminado se convierte en propiedad de la compañía, incluso para aquellos productores que no adquieren o no conocen cómo se utiliza la tecnología patentada de Monsanto

TRANSGÉNICOS, CÁNCER Y OTROS MALES

TRANSGÉNICOS, CÁNCER Y OTROS MALES
Revolución verde, agroquímicos, biotecnología 
moderna, transgénicos..., una misma filiación 
que nos lleva a la decadencia
 
Silvia Wú Guin* y Fernando Alvarado de la 
Fuente**
 
Los oncólogos estadounidenses Dr. Th. Slage y 
Dr. R. Shearer, del Centro de Investigación 
Hutchinson, en Seattle (Washington), precisaron 
en marzo de 1976, que el 80% de las 
enfermedades cancerosas en el ser humano, 
son causadas por los productos químicos en 
el ambiente y el 20% por productos químicos 
en los alimentos.
 
La OMS en 2002 precisó que el número de 
personas que murió de cáncer alrededor del 
mundo, 7.6 millones, fue superior a los 5.6 
millones que en total murieron por VIH/SIDA, 
malaria y tuberculosis.
 
El cáncer es pues actualmente, el riesgo 
permanente que amenaza nuestra salud. Para 
analizar las causas, sólo detengámonos en el 
dato de los expertos que indica que el 20% 
del cáncer es causado por los productos 
químicos en los alimentos. 
Recordemos a su vez, que el origen y el 
estilo de producción está marcado por varios 
enfoques.  ¿Cuál de esos enfoques de producción 
revelarán atajos hacia el cáncer ¿la agricultura 
ecológica?  ¿la "revolución verde" con sus 
agroquímicos sintéticos?  ¿la biotecnología 
"ultra moderna" con sus semillas transgénicas?. 
Veámoslo por partes 
 
La revolución verde
Hace 50 años que se viene impulsando la llamada 
"revolución verde", basada en un paquete 
tecnológico con uso intensivo de productos 
químico-sintéticos, dentro de los cuales destacan 
los abonos nitrogenados, los pesticidas de 
amplísima especialización y las semillas mejoradas 
y en la ultima década las transgénicas.
 
El profesor W. Schuphan (1971), director del 
Instituto Nacional de la Investigación de la 
Calidad, de Geisenheim (Rhin), describe el círculo 
vicioso al que nos somete la agricultura de la 
revolución verde "El uso exagerado de 
fertilizantes nitrogenados provoca un alto grado 
de susceptibilidad a contraer enfermedades o 
parásitos en las plantas alimenticias. Esto obliga 
a un empleo masivo de pesticidas químicos. 
Además el alto contenido de nitrógeno (que 
utiliza la agricultura convencional) reduce los 
minerales y las vitaminas en las plantas, tan 
necesarias para la salud del hombre".
 
A partir de ello, lo que nosotros observamos 
además, no sólo es un círculo vicioso, más bien, 
una espiral ...
 
Nitratos y cáncer
La evidencia científica nos indica que existe una 
correlacion directa entre el consumo de alimentos, 
o de agua, con exceso de nitratos y la ocurrencia 
de cánceres gástricos y la elevada mortalidad 
durante los primeros días de vida de los neonatos 
cuando sus madres ingirieron altas cantidades de 
nitratos, debido principalmente a malformaciones 
que afectan el sistema muscular, el óseo y el 
nervioso central (CRIE, 2002).
 
Los nitratos también pueden formar compuestos 
cancerígenos con ciertos residuos de plaguicidas, 
como con los dicarbamatos (fungicidas).
 
Plaguicidas y demás males en la salud
El uso de pesticidas por parte de la revolución 
verde ha venido generando reducción de la 
fertilidad masculina, enfermedades neurológicas, 
reducción del crecimiento, anormalidades fetales,
 síndrome de fatiga crónica en niños y mal de 
Parkinson.  Por supuesto, también está 
contribuyendo enormemente al incremento del 
índice de cáncer, ya que, los residuos de pesticidas 
están entre las tres mayores causas de cáncer.
 
Las mujeres con cáncer de mamas tienen cinco a 
nueve veces más frecuencia de tener residuos de 
pesticidas en su sangre que aquéllas que no. 
Estudios previos demostraron que aquéllas con 
exposición laboral a pesticidas tienen tasas más 
altas de cáncer.
 
Por su parte, el gobierno británico encontró 
residuos de pesticidas en un tercio de los alimentos 
y más grave aún, más de un agroquímico en 
manzanas, pan, lechugas, papas y fresas; el uso de 
más de un agroquímico potencia los efectos 
adversos.
 
La revolución verde y la biotecnología moderna 
de los transgénicos
Los defensores de los transgénicos podrían sentirse 
aliviados porque sólo hemos referido las 
consecuencias de la primera etapa de la revolución 
verde, las que ya no se pueden acallar ni ocultar 
pues al cabo de más de 40 años la suma de 
evidencias es abrumadora, los daños cuantiosos y 
hasta los científicos pro-transgénicos aceptan esta 
realidad.
 
Así por ejemplo, en una entrevista periodística 
aparecida en el diario oficial El Peruano (5 agosto 
2008), un conocido científico asegura que "No hay 
debates sobre los fertilizantes y los insecticidas 
químicos. Tenemos manzanas bellas, pero llevan 
insecticida dentro,... lo cual es probadamente 
dañino y produce cáncer".
 
Lo peculiar de la entrevista no radica en que los 
científicos admitan ahora el perjuicio de los 
agroquímicos sintéticos, lo singular es que traten 
de hacer un deslinde entre agroquímicos sintéticos 
y transgénicos como si tuvieran un origen distinto 
y una perspectiva diferente.
 
Lo verídico es que agroquímicos sintéticos y 
transgénicos comparten una misma genealogía y, 
es nuestro deber difundirlo. Las semillas 
transgénicas basan su visión en el mismo sistema 
impulsado por la revolución verde de los años 50, 
esto es, el uso de fertilizantes y pesticidas 
químicos de síntesis.  Sólo han variado las semillas 
mejoradas por las semillas transgénicas; todo lo 
demás sigue siendo válido, aunque pretendan decir 
que se usará menos.
 

Compartiendo los mismos progenitores, los

estudios demuestran que los alimentos

transgénicos son inclusive más peligrosos, pues las

características de su resistencia no son externas,

sino han sido incorporadas al interior de su mapa

genético.  Así, la semilla transgénica de maíz Bt

está preparada para resistir plagas porque cada una

de sus células contiene el Bacillus thuringiensis,

una bacteria que produce sustancias tóxicas para

los insectos.

 

En consecuencia, el uso de agroquímicos ya no

 sólo se restringe a las aplicaciones externas, sino

están incluidas en la genética de lo que pretenden

sean nuestros alimentos cotidianos. En los países

desarrollados en donde se consume soya

transgénica se observa un incremento sustancial en

las alergias a este alimento.  Otra observación es la

resistencia a antibióticos y, fuera del ámbito de la

salud, la destrucción de la biodiversidad, la

inseguridad alimentaria (ver artículo "Los

alimentos transgénicos como falsa solución al

hambre" de Sacha Barrio) y el control de las

semillas por unas pocas compañías se suma a la

lista de consecuencias indeseables (ver artículo

‘Transgénicos: el prontuario criminal de

Monsanto’, de Fernando Glenza).

 
Según la OMS, el cáncer aumentó en 19% en todo 
el mundo entre 1990 y 2000 principalmente en los 
países en desarrollo.
 
¿Será porque en nuestros países cada vez usamos 
más agroquímicos y los países desarrollados 
procuran usar menos y cada vez consumen más 
alimentos ecológicos?
 
La agricultura ecológica
¿Realmente no hay otra solución tecnológica? En 
realidad sí existe y ha existido desde siempre y se 
llama agricultura ecológica. Si observamos el 
enfoque de la agricultura ecológica, ésta procura 
usar técnicas compatibles con las leyes de la 
naturaleza, prohíbe el uso de fertilizantes, 
pesticidas químicos de síntesis y transgénicos por 
lo que la exposición al peligro de enfermedades tan 
graves como el cáncer disminuye.
 
A la par, los estudios científicos refieren que la 
calidad nutricional de los productos ecológicos es 
muy superior a la calidad de los productos 
obtenidos con la revolución verde, también 
denominados 'convencionales'.  Esta mayor calidad 
biológica de los alimentos ecológicos se ha 
comprobado en diferentes pruebas biológicas.
 
La más antigua se realizó en Nueva Zelanda en los 
años 40 (Daldy, 1940), donde se comparó el efecto 
de la dieta ecológica en escolares, a los cuales se 
les suministró estos alimentos durante dos años. Al 
cabo de este tiempo, se comprobó que su salud 
dental era mucho mejor, presentaban mayor 
resistencia a la fractura de huesos, la incidencia de 
gripe y resfriados había disminuido notablemente, 
su tiempo de convalecencia era menor y su salud 
en general era mucho mejor.
 
Por supuesto que esta evidencia fue negada por 
décadas, tal como se negó el efecto dañino del 
tabaco en los años 50 (ver artículo 'Tabaco y 
transgénicos con T de trampa", de Fernando 
Alvarado), dándose a conocer estudios que 
afirmaban "los alimentos ecológicos tienen la 
misma cantidad de nutrientes que los 
convencionales", los cuales fueron difundidos por 
científicos mercenarios.
 
A mediados de los años 70, los trabajos de 
Schuphan (Schuphan, W. 1975. "Yield 
Maximization versus biological value". Qual. 
Plant. 24,  281-310) como resultado de 12 años de 
investigación, mostraron que los productos 
ecológicos superaban a los convencionales en el 
contenido de proteínas (18%), vitaminas (28%), 
azúcares totales (19%) y en minerales, como el 
hierro (17%), potasio (18%), calcio (10%) y 
fósforo (13%).  A la par, se demostró que los 
alimentos ecológicos nos aleja de componentes 
indeseables porque llevan 93% menos de nitratos, 
42% menos de aminoácidos libres y 12% menos 
de sodio.
 
Los estudios realizados por la Rutgers University 
(Heaton, 2002) de Reino Unido, prueban la 
superioridad de las hortalizas ecológicas en el 
contenido de minerales, el cual es mayor en 10 y 
50 veces al contenido de aquellas convencionales 
que se han obtenido por la revolución verde.
 
Otros estudios realizados en Reino Unido en 1992 
concluyeron (Heaton, 2002) que una mejora en el 
suministro de vitaminas y minerales a través de 
alimentos ecológicos, podría reducir el cáncer en 
un 20%, las enfermedades cardiacas en un 25%, la 
artritis en un 50% y el alcoholismo en 33%.
 
En 2007, oficialmente, y luego de un estudio de 
dos años que costó 20 millones de dólares a la 
Unión Europea, se reafirmó que los alimentos 
ecológicos son mucho mejores. Entre muchos 
resultados se dio a conocer, por ejemplo, que los 
alimentos ecológicos pueden tener de 20% a 90% 
más antioxidantes, sustancias que tienen la 
cualidad de ser anticancerígenas.
 
Igualmente convincente resultan los estudios con 
seres humanos alimentados con productos 
ecológicos, los cuales demuestran efectos 
provechosos reales sobre su salud. Así se tiene 
que, las terapias alternativas para curar el cáncer 
han logrado buenos resultados basándose en el 
consumo exclusivo de alimentos orgánicos 
(Independent Science Report, 2007). 
 
Las terapias nutricionales anti-cáncer buscan evitar 
en lo posible contaminantes y toxinas, y más bien, 
promueven el consumo exclusivo de alimentos 
ecológicos para aumentar la ingesta de nutrientes.
 
Conclusión
La revolución verde dio a luz agroquímicos con el 
argumento de ser la salvación y el camino para la 
obtención de grandes cantidades de alimentos; la 
historia ha demostrado que ni han logrado 
incrementar sostenidamente la producción ni –por 
tanto- han resultado ser la salvación al hambre del 
mundo.
 
La biotecnología moderna con sus transgénicos, 
tiene la misma raíz de origen y se presenta con el 
mismo argumento  ¿deberíamos ser igualmente 
crédulos y admitir su promoción en el Perú?
 
La buena memoria, el buen criterio y la sensatez 
nos lleva a recomendar y preferir el consumo de 
alimentos ecológicos que ya tenemos en las 
bioferias (Miraflores, San Isidro en Lima y, en las 
ciudades de Huancayo y Huánuco), también en las 
casas de comercio justo (K’antu, en Lima; 
Qosqowasinchis, en Cusco; La Casa del 
Corregidor, en Puno), el Punto Justo y Sano de 
San Borja y la BioTienda en Miraflores. 
 
Evitemos los alimentos convencionales, 
especialmente los más fumigados con pesticidas 
como el tomate, la cebolla, la papa, la manzana y 
la fresa.  No consumamos alimentos transgénicos 
que predominan en los alimentos procesados con 
soya, maíz y canola.
 
Finalmente, exijamos la moratoria por cinco años 
al ingreso de transgénicos al Perú y también, la 
promulgación inmediata de la Ley del etiquetado,
 con la cual podamos conocer aquellos alimentos 
que contienen transgénicos en su composición, 
propuesta ya presentada pero que actualmente 
duerme en el Congreso.
 
Sumemos voluntades y esfuerzos, la sociedad 
civil es mayoría y podemos hacer valer nuestros 
derechos
 
10 agosto 2008
 
* Directora Ejecutiva RAE Perú, 
silviawuguin@hotmail.com
**Presidente Centro IDEAS, 
Vice Presidente RAE Perú, 
bioferdi@hotmail.com