TRANSGÉNICOS, ENTROPÍA Y SALUD
Por Máximo Kinast
Fuente: AttacPeru
La entropía es la medida del desorden. Es la segunda Ley de la Termodinámica que nos dice que en un sistema cerrado, el desorden siempre aumentará.
Dice, en buen romance, que si movemos las piezas de un rompecabezas dentro de su caja, se desordenarán y si seguimos agitando la caja por millones de años, lo mas posible es que sigan desordenadas, aunque existe una única posibilidad de que se ordenen.
Eso es la entropía. El desorden aumenta, por una razón estadística. Las posibilidades de desorden son mucho más numerosas que las posibilidades de orden.
Todos los científicos del mundo, con ayuda de Internet y de los mayores adelantos en computación e informática, son incapaces de predecir un número cualquiera entre 10.000. O sea, no son capaces de acertar el número premiado de la Lotería del próximo domingo. ¿Puede científicamente afirmarse que un gen extraño no es un peligro para la salud humana? Sabemos que las combinaciones posibles para un gen son del orden de millones.
Transgénico significa la introducción de un gen (la unidad más pequeña con información sobre las características de un ser vivo) de una especie en un ser de otra especie. Al parecer esto ha ocurrido desde siempre de forma natural y ha sido la causa de las mutaciones entre las especies.
Un gen de un insecto se puede incorporar en el ADN de un animal, pero es algo que en la naturaleza no ocurre con frecuencia. Cuando los seres humanos descubren la tecnología adecuada para modificar los códigos genéticos mediante la incorporación de un gen de una especie en seres de otra especie, el hecho fortuito que alguna vez acaecía en la Naturaleza se convierte en un acto de producción industrial.
Un gen de otra especie, que por la forma o razón que sea, se introduce en un ser humano genera sólo dos posibilidades (entre los millones de combinaciones): Una, que el organismo la rechace, la anule o mate al gen extraño y no pase nada. Otra, que el gen extraño logre incorporarse al ADN del ser humano. Esta segunda posibilidad genera a su vez tres situaciones:
a) Que el gen incorporado al ADN humano sea inocuo y no afecte en nada al ser humano portador del intruso. Esta posibilidad es estadísticamente la más baja y por tanto la menos plausible.
b) Que el gen incorporado al ADN humano sea positivo y que afecte de una manera útil al ser humano portador del intruso. Por ejemplo, que inmunice contra alguna enfermedad. Esta posibilidad implica reforzar el orden. Por tanto, esta posibilidad significa disminuir la entropía. Es algo bastante difícil, pero posible a expensas de aumentar la entropía en otro sistema, que puede ser un sistema propio del mismo ser humano portador del gen intruso, lo que nos lleva a la siguiente posibilidad.
c) Que el gen incorporado al ADN humano sea negativo y que afecte de alguna manera peligrosa la salud, la vida o la estructura básica del ser humano. Incluso si se trata de un gen positivo, que ayuda contra alguna enfermedad, las posibilidades estadísticas de que dañe a otra parte o función del ser humano son enormes. Las posibilidades de desorden (y la enfermedad es un desorden en nuestro organismo) son millones de millones, en tanto que las posibilidades de orden son unos pocos miles.
Por lo tanto, es razonable concluir que la incorporación de un gen extraño, en especial de otra especie, como una mosca o una rata, en la cadena del ADN de un ser humano es –con muchas posibilidades- un acto contra su salud
Diviértase y acérquese al infinito. Para comprender mejor la idea de millones de millones de combinaciones haga un inocente juego de salón. Recorte o dibuje 60 cuadrados de 1 cm. Con ellos es posible formar sólo 12 figuras, con la condición de que los cuadrados adyacentes compartan un lado completo, como mínimo. (No vale colocar los cuadrados hasta la mitad de un lado y el resto juntarlo con otro cuadrado). Las doce figuras se llaman pentónimos.
Con ellas es posible formar uno de cuatro rectángulos: Uno de 10 x 6, u otro de 12 x 5, o de 15 x 4 o de 20 x 3 cuadrados. ¡Inténtelo! Pruebe con el rectángulo de 12 x 5. Hay unas seis millones de combinaciones que permiten formar el rectángulo. Es como armar un rompecabezas con seis millones de soluciones. ¡Ah, casi me olvido! Las posiciones erradas o equivocadas son muchos millones de millones, lo que hace casi imposible armar un rompecabezas de sólo doce piezas. Eso es entropía. Eso es lo que ocurre con el gen intruso. ¿Es necesario todavía un ejemplo concreto de daño a la salud?
EN EL FORO: “EL COSTE DE LOS TRANSGÉNICOS” APARECE EL SIGUIENTE COMENTARIO:
NotasenlaWeb o <http://recorta.com/13187b>
“Los grupos económicos dominantes no pueden ya silenciar la discusión sobre los alimentos transgénicos, entonces pretenden, a través de los medios masivos de comunicación que también les pertenecen o están comprometidos con ellos bajo una forzosa ‘obediencia debida’, encasillar el tema en la dicotomía de si son o no son perjudiciales para la salud humana”. Fuente: http://transgenicos.ecoportal.net
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