LA AMENAZA TRANSGÉNICA CONTRA LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y LA MEGABIODIVERSIDAD PERUANA
marcohuaco.com
MANUS HOEC INIMICA TYRANNIS
Por: Marco A. Huaco P.
La coyuntura actual
Un coto muy agudizado ha alcanzado el debate en torno a la introducción de cultivos transgénicos en el Perú, país mega-biodiverso e importante banco genético de la humanidad, razón por la cual este debate de carácter global adquiere connotaciones estratégicas a nivel local a pesar de que la mayor parte de la población ignore la trascendencia del mismo (situación que sin embargo ya va cediendo paulatinamente gracias a campañas como las de la Plataforma Perú: País Libre de Transgénicos).
Episodios que ilustran la aguda polarización del debate: un asesor ministerial (del sector agricultura) le espeta nada menos que a un Ministro de Gobierno -titular del recién creado Ministerio del Ambiente- “que deje de hablar estupideces” al priorizar la agricultura orgánica y oponerse al ingreso descontrolado de transgénicos; exabrupto que tiene como precedente su -también grave- declaración de que “el Ministro del Ambiente no tiene vela en este entierro” (feliz idea la del Sr. Grobman al asociar transgénicos y ceremonias fúnebres, por cierto…).
Pero bueno: ¿qué Gobierno es éste donde un asesor ministerial puede agraviar a un Ministro de Estado con semejante impunidad? ¿Será que esto es posible gracias a que dicho asesor es dueño de tres empresas productoras de semillas las cuales serían las socias de la influyente transnacional Monsanto –baluarte mundial de producción de semillas transgénicas y vinculada fuertemente a la administración Bush-?... ¿O a que dicho asesor ministerial se desempeña para un gobierno cuyo Presidente ya ha tenido acercamientos preliminares con Monsanto?.
También es muy ilustrativo para conocer los intereses que se juegan detrás de la cuestión, el valorar la actuación ética de este mismo asesor -quien siendo un beneficiado comercial con la introducción de semillas transgénicas- al mismo tiempo no juzgó incompatible el integrar el equipo gubernamental que asistió a la ciudad de Bonn para discutir el reglamento del Protocolo de Bioseguridad de Cartagena, liderando nada menos que el bloque opositor contra el artículo 27 de dicho Instrumento que obligaba a las empresas a asumir responsabilidades por daños derivados del consumo de productos transgénicos (a los que también insisten en eximir de la obligación de ser etiquetados en beneficio del consumidor).
Quizás las desatadas pasiones de dicho funcionario sean consecuencia de que el Presidente decidió inclinarse por la publicación del proyecto de Reglamento de Bioseguridad del Instituto de Innovación Agraria (organismo del Ministerio de Agricultura) para su discusión publica -reglamento en el cual se regularán las condiciones de ingreso de semillas transgénicas al país-, lo que fue consecuencia de la decidida acción política del Ministro del Ambiente y de las diferentes organizaciones de productores agrarios, de consumidores, indígenas, ONGs e incluso alguna confederación religiosa los que se movilizaron contra la desmesurada irresponsabilidad del sector agricultura.
El ángulo olvidado:
Los derechos culturales y la identidad religiosa de los Pueblos Indígenas nativos y amazónicos, guardianes de nuestra biodiversidad
Mediante una reciente condecoración a los arariwas el Ministerio de Agricultura reconoció la importancia del papel de las comunidades nativas en la preservación de la pureza genética de cultivos originarios como la papa (o patata), de los cuales el Perú brinda un significativo aporte al banco genético de la humanidad y a la biodiversidad mundial, y cómo no, a la gastronomía de los pueblos que es parte integrante de la cultura (precisamente al referirse a esta extraordinaria gastronomía y variedad nativa peruana y a su gran potencial económico, el próspero empresario y emblemático chef Gastón Acurio ha manifestado en términos muy categóricos su oposición a que un país megabiodiverso como el Perú prefiera la producción transgénica en lugar de priorizar la orgánica).
Pero la condecoración de los arariwas contrasta radicalmente con la política del propio gobierno que -según razonables análisis efectuados por expertos en derecho ambiental- ha impactado en la línea de flote de la institucionalidad sanitaria y fitosanitaria estatal responsable del control eficiente de la introducción de semillas y cultivos transgénicos mediante la reciente dación de los Decretos Legislativos 1059 (que aprueba la Ley General de Sanidad Agraria), 1060 (que regula el Sistema Nacional de Innovación Agraria) 1062 (que aprueba la Ley de Inocuidad de los Alimentos) y 1080 (que modifica la Ley General de Semillas).
Así entonces, la introducción de semillas transgénicas no depende exclusivamente del Reglamento de Bioseguridad que se debe discutir próximamente sino también de estos decretos legislativos pues el debilitamiento de la autoridad sanitaria propiciará el ingreso de cultivos transgénicos que a causa de la contaminación genética terminará contagiando grave e irreversiblemente a los cultivos orgánicos y a la biodiversidad andina y amazónica, con la consiguiente perdida irrecuperable de los conocimientos tradicionales colectivos indígenas y de su patrimonio espiritual los cuales se encuentran asociados íntimamente a dicha diversidad natural.
Lamentablemente los pueblos indígenas se encuentran sitiados por un férreo, constante y omnipresente racismo ampliamente extendido que los concibe como tribus salvajes e ignorantes que están ancladas en la prehistoria humana mientras habitan un paraíso casi despoblado, pero que al mismo tiempo también los torna extrañamente “invisibles” para el poder político y la sociedad occidental.
Este es el ángulo olvidado en el debate público sobre los transgénicos en el Perú. Si nos tomamos en serio eso de que “la persona es el fin supremo de la sociedad y del Estado” y las obligaciones del Estado peruano en cumplimiento del Convenio 169 de la OIT, no dejará de preocuparnos también este aspecto del tema ya que no solo sus derechos materiales se encuentran amenazados sino sus cosmovisiones espirituales y religiosas las cuales dependen estrechamente de su relación e integración con la biodiversidad, por lo que la actual polémica nacional en torno a los transgénicos les compete con todo derecho.
Para saber más:
“La biodiversidad sólo se pierde una vez”: Reportaje.
“Semillas transgénicas en centros de origen y diversidad”
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